De Kyoto a Hiroshima...la ciudad triste más alegre del mundo

lunes, 28 de abril de 2014


Era nuestra última mañana en Kyoto y no hacía muy buen tiempo, así que decidimos desayunar con mucho tiempo y disfrutar un poco de los últimos instantes de nuestra estancia en el Ryokan Towa, que ya se ha convertido para mi en una especie de "2º casa" cuando voy a Japón (del mismo modo que el Edoya lo es en la megalópolis de Tokyo.

Esto es desayunar con cara de satisfacción, si señor.

Del desayuno en el Towa poco puedo decir que no haya dicho ya. Es tremendo. Eso sí, aquella mañana nos deparaba una sorpresa...un tanto desagradable XD

¡Socorro! ¡Mi comida tiene ojos! Ugggh

Una vez recogidos todos los trastos, y estando ya el tatami libre de obstáculo...no nos pudimos resistir a un poco de combate matutino. Ya sabéis...por aquello de estirar las piernas antes de salir XD





Pero al final...hicimos las paces :P




El baño del Towa...como echo de menos poder derramar el agua de la bañera y que no pase na :P

Señor Toto...a ti te echaré de menos más que a nada...

Como siempre, no es un "adiós", es un "hasta luego"

Después de dar una vuelta larga por los subterráneos de la Kyoto Station (en un intento desesperado porque quedase tarta de fresa...snif) acabamos comprando algunos dulces de ultima hora y souvenir, pues hay cosas, como los Yatsuhashi -dios, lo que daría ahora mismo por comerme uno relleno de azuki...o fresa...o chocolate...mmmm- que cuesta encontrar en otras zonas del país.


Despidiéndonos con una estampa muy típica de Kyoto

Después cogimos un tren regional, donde había un chico muy muy feo y un niño super kawaii....


Espero que si el chico ve esto, no se ofenda XD

No se que es más adorable...si la postura en que duerme...la camiseta de Pikachu o la toallita para el sudor XD

Entre unas cosas y otras, llegamos al lugar donde hacíamos transbordo y tras un plácido viaje en Shinkansen de unas 2 horas, llegamos a Hiroshima... :) (Creo que en este viaje fue cuando se nos sentó al lado otro gaijin que no paró de darme la brasa en todo el viaje intentando darme conversación y no me dejó dormir :( Con la morriña que me entra a mi en esos trayectos!!!


Welcome to Hiroshima!!!

Cogiendo el tranvia


De nuevo esta vez, y por aquello de lo "malo conocido", nos alojamos en el JHoppers. Como albergue esta bastante bien, tiene muy buena relación calidad precio, y está bien situado a nivel de transporte. La única contrapartida es que no tienes baño dentro de la habitación y que hay que subir 3 -o 4- pisos sin ascensor y cargando con las maletas. Y teniendo en cuenta que uno sube descalzo...siempre hay algún que otro dedo del pie que sale perjudicado XD...

Dejamos las cosas en nuestra habitación y nos dirigimos a la zona del memorial.

Amir...con la cara que se le queda a uno la primera vez que pisa este lugar

El monumento de Sadako, y sus grullas...

La llama que seguirá ardiendo mientras quede peligro nuclear sobre el planeta...

Como estaba chispeando un poco, decidimos entrar ya al Museo Memorial. Era mi 2º vez, pero me impactó tanto o más que la 1º. Por suerte, esta vez no fuimos con el tiempo tan justo y pude leer bien todo e informarme bien...aunque una vez dentro hay cosas que uno desearía no haber visto.







Al salir de allí, intentamos no dejarnos llevar por el mal rollo, y nos comimos unos pepinos que llevábamos en la mochila, que siempre anima XD

Que pasa, en las fotos en Hiroshima se puede sonreír!!!

PEPINO PAWAAAA

Empezamos a caminar por Hiroshima, que es una ciudad fascinante y llena de vida. De esas en las que no me importaría lo más mínimo vivir. Volvimos a encontrar un OktoberFest (y eso que era septiembre XD) pero los japos no pierden oportunidad de darle al bebercio y al papeo in the middle of the street. Lástima que los precios de la bebida sean tan prohibitivos...

Como aún era muy pronto para volver al hotel, decidimos salir en busca del castillo de Hiroshima para hacerle algunas fotos antes de que anocheciera. Que anochecer, anocheció. Y lo hizo de camino, regalándonos algunas fotos espectaculares. (Sigo defendiendo que el cielo en Japón es más bonito).







Estuvimos un buen rato haciendo fotos al castillo en todos los ángulos, incluso vimos a un señor algo flipado que estaba allí haciendo meditación...



Después de aquello, nos dirigimos a la famosa calle cubierta Hondori, que está llena de restaurantes, tiendas y recreativas de mil plantas. Es una calle llena de vida donde uno puede pasarse las horas muertas, y allí se nos pasó el resto de la tarde, entre la TAITO STATION, la GAME...una miniakihabara para ir abriendo boca a nuestros bajos instintos frikis...


Como va a ser triste una ciudad con una mascota tan Kawaii

La Hondori

Pero el hambre ya apretaba (no recuerdo que comimos aquel mediodía...creo que algo en el tren...) y yo tenía muy muy claro QUE y DONDE íbamos a cenar.

A los que habéis leido (o vivido) el viaje de 2012 os sonará el sitio. Un  bareto especializado en okonomiyakis y llevado por un OBAACHAN y una OBAASAN la mar de salaos. Vamos, que los abuelos son unos cracks con las paletas esas de hacer okonomiyakis. Y lo mejor de todo es que esta vez, al ser sólo 2 personas, pudimos sentarnos dentro y ver como nuestra comida se hacia delante de nuestras narices. Suculento...

Eso sí, no saben nada. NADA. de inglés. Avisados quedáis 

Los mejores gyozas de mi vida

Paleta powaaa

FOOD PORN


Y con esta sugerente imagen... os dejo por hoy. El próximo día toca Miyajima, y será intenso. ;)

PD: A todo esto, durante ese día y el siguiente notamos un poco más de viento de lo normal. Por lo visto en Tokyo había un tifón de la ostia. Nosotros nos enteramos porqué mi padre me mandó un mensaje preocupado, sino ni idea. Como siempre, parece que viajamos con un par de flores en el culo XD