Miyajima superándose a si misma

martes, 27 de mayo de 2014


Nos levantamos bastante prontito en un soleado, aunque algo ventoso, día en Hiroshima (por lo visto en Tokio había un tifón de la leche...pero nosotros, ni idea) De camino a Miyajima, desayunamos bollitos de momiji (momiji manjuu) muy típicos de la región, aunque no por ello dejamos de renunciar al típico café y melonpan. Sin melonpan no hay desayuno que valga jeje





En una hora aproximadamente llegamos a hacer el transbordo al ferry de Miyajima, que como sabéis, es gratuito si tienes el JRP.



Estupendas vistas, como siempre

Ya se ve el torii

El torii

Ya en Miyajima, emprendimos el paseo hacia el santuario sintoísta "Itsukushima", disfrutando del siempre estupendo ambiente de ocio y domingueo que se respira en la zona. 


Sacerdotisas simpáticas

Los ciervos de Miyajima, mucho más majetes y tranquilitos que los de Nara

Posando al lado del Torii

Una de las miles de linternas de piedra que bordean todo el camino hacia el templo

Pero antes de llegar al templo, nos dimos cuenta de que la marea estaba bajando!!! Hay que ir a tocar el torii!!! Y sin pensárnoslo dos veces, nos descalzamos, nos remangamos los pantalones y nos dispusimos a alcanzar el ansiado destino. Fuimos de los primeros valientes.

Marea baja weeee


Allá que vooooy

Amir en medio del torii

Con el agua por las rodillas!!!

La base del torii, a parte de conchas y algas, tiene miles de monedas que la gente ha ido dejando allí al pedir sus deseos.

Yo también llegué!!!


Como cada vez la marea bajaba más, cada vez más gente se acercaba a tocarlo

Y este era el aspecto media hora después...


Aunque quizás podréis pensar que nos mojamos los pies para nada, yo prefiero no haber esperado y haber sido de los primeros en acercamos a tocarlo. Ir con tanta gente y sin agua le quita como encanto. Sin embargo el ir acercándonos poco a poco y notando el agua bajo los pies fue un momento mucho más mágico. Nos sentimos realmente privilegiados. Y yo me quité una espirita, ya que en mi primera vez en Miyajima la marea no bajó y no pudimos acercarnos.

Y ya en Itsukushima, compramos amuletos de la suerte e hicimos muchas fotos, ya que el templo, con su colorido naranja, crea una atmósfera espectacular. 



Llamando la atención de los kamis con las palmaditas de rigor



Cura dando misa. O algo.

Lavabo hiperlimpio del templo...

Sacos de sake

Emprendimos el camino hacia nuestro siguiente destino, el templo Daishoin. Este no es shinto, sino budista. De la secta Shingon.



La vida está compuesta de pequeños placeres...como una Fanta de uva fresssssquita ;)
Para subir al templo hay una escalinata con sutras para ir girando mientras subes

Minifiguritas que creo que representan la peregrinación hacia el templo

Especie de kappa

Mister T?

Haciendo amiguitos

Me encantó la decoración
Desde allí, emprendimos el ascenso hasta la cima del monte Misen. Esta vez, de nuevo, me negué a usar el teleférico. El teleférico es de cobardes.


Bichopalooo

Palo del caminante

Vistas durante el ascenso

Más vistas

Agüita frescaaaaa

Una especie de...¿presa? ¿fuente? jeje

Buditas kawaii

Haciendo un alto en el camino para observar el paisaje



Llegamos a la cima sin demasiado esfuerzo, ya que la ruta desde el templo Daishoin no es tan hardcore como la que hicimos en el viaje de 2012. Así que a mediodía ya estábamos en la cima disfrutando de las vistas.

Mmmm...Oreos de té verdeee

Amir on the top of the world ;)

Vistas desde la cima


Lo de las piedrecitas tengo que investigarlo...pero la de arriba es nuestra. Espero que siga allí.


 Una cosa muy curiosa de la que nos dimos cuenta al llegar arriba es de que la gente se había dedicado a vestir y poner "atrezzo" a los monjes kawaii que hay en lo alto del monte Misen! Si ya eran monos antes, ahora lo son el doble.






Justo cuando estábamos allí, en un templo budista estaban haciendo misa, así que aprovechamos para descansar y disfrutar de la paz y el olor del incienso. Nada mejor que eso para reunir fuerzas para iniciar el descenso.

Abajo de nuevo
Como aún era temprano, una vez de nuevo en el pueblo, nos dimos un paseo en busca de algo que comer. Como había muchos puestos de picoteo optamos por eso en vez de por entrar en un restaurante. De todo lo que había para escoger, lo que más nos sorprendió fue un puesto de "nikkuman" (bollos de pan rellenos de carne). El precio era sorprendentemente alto, 400 yenes (el precio habitúal de los nikkuman en un combini es 120 yenes aprox.) Sin embargo, la cola de la puerta, unido al hecho de que el establecimiento es tan famoso que hasta ha aparecido en el manga "Detective Conan" (había un dibujo en la puerta con la escena) nos decidimos a probarlos. Y madre mía!!! Estaba deliciosoooooo!!! No se que tipo de carne llevaban ni como los hacían, pero desde luego...los nikkumanes de combini nunca volverán a ser lo mismo....

El cielo hecho bollo de carne
En esta foto se puede apreciar el cartel de "Detective Conan"


Ehhh...que me dejan sin comidaaaaaa

Palitos de pescado....yummm yummmm
Que por cierto, si os gustan las otras y vais a Miyajima...estáis de enhorabuena. Había puestos de ostras por todas partes. Y a un precio que comparado a lo que cuestan en occidente es de risa. Lástima que ni a mi chico ni a mi nos entusiasmen demasiado...PUAG

Haciendo el mongui por Miyajima

Haciendo el mongui por Miyajima 2.0

El Torii, de nuevo "flotando" en el mar...




En nuestro albergue de Hiroshima habíamos visto un cartel que decía que esa tarde se celebraba en el templo Daishoin el "festival de los farolillos", por lo que allí nos plantamos una hora antes por si las moscas. No queríamos perdernos detalle de lo que quiera que fuese el festival aquel...



Y como llegamos muy pronto y nos sobraba tiempo, pudimos observar cada detalle de los alrededores del templo, que está salpicado de figuras a cual más curiosa...y hicimos un porrón de fotos de las que -afortunadamente para vosotros- sólo he seleccionado un par...








La verdad es que pasaba el tiempo y allí no había ni Dios, ni parecía que fuese a empezar ningún festival. Eso sí, colocaron farolillos por todos los alrededores del templo lo cual era bastante bonito de ver. Pero nada interesante más allá de aquello. Los sacerdotes del templo, además, no paraban de mirarnos como diciendo "¿estos dos putos gaijins que están esperando?"





Y al final resulta que sí había...una especie de "festival"...sólo que era de pago y necesitabas reserva. De hecho el festival se celebraba dentro del templo y sólo asistieron una decena de personas escasas, que llegaron muy bien vestidas y se sentaron a observar el espectáculo. Ya que estábamos allí, y como se podía ver a través de la puerta...nos quedamos un rato...pero tras la actuación de un chico tocando la guitarra y cantando algo "parecido" a flamenco...decidimos que ya habíamos tenido demasiado "festival de los farolillos" por esta vez.

Vaya, que fue un "fail" en toda regla. jejeje.

Y cuando volvimos a bajar a la isla, ya había anochecido completamente...y esta estaba desierta! Tanto que llegué a preocuparme seriamente de que no hubiese ferry de vuelta. Pero sí que lo había, y lo cogimos "in extremis" después de pegarnos la carrera de nuestra vida...

Una vez de regreso a Hiroshima, de nuevo cenamos en el sitio de los okonomiyakis. Esta vez no os voy a torturar con fotos que luego me decís que no paro de poner fotos de comida y os doy envidia...pero la verdad es que fue todo un placer ver como cocinaban nuestro okonomiyaki y nuestros yakisobas delante de nosotros. Además, por decirlo de algún modo, tuvimos "cena con espectáculo", ya que el venerable obaasan que regenta el lugar sacó a dos alemanas que había sentadas a nuestro lado a "ayudarle a cocinar" y se les daba fatal a las pobres y el señor no tenía piedad en corregirlas. Fue muy divertido (quizás para la alemana humillada no tanto XD)

Y con la tripa llena y agotadísimos, nos fuimos a dormir. Al día siguiente...la gran megalópolis de Tokio nos esperaba. :)