2 de Abril de 2008: Museo Ghibli y Shinjuku

lunes, 24 de noviembre de 2008

Amanece un día más en el Edoya. Nos levantamos prontito, pues tenemos que desplazarnos hasta Mitaka, pueblecito a las afueras de Tokyo donde está situado uno de nuestros destinos "estrella" del viaje: El Museo Ghibli.

Este día dimos finalmente por zanjado el tema de los hospitales...médicos...seguros y anginas varias. Tal y como me habían comentado el día anterior por teléfono, a las 8 de la mañana (de hecho, creo que llegó 10 minutos antes) tenía plantado en el hotel a un japo con el dinero que les quedaba por pagarme. Un ejemplo más de eficiencia y puntualidad japonesa.

Después de esto cogimos la linea correspondiente para ir a Mitaka, un pueblito a las afuertas de Tokio. Una vez allí, seguimos las indicaciones pertinentes y nos dirigimos en busca del ansiado museo. Existe una especie de Ghibli-Bus (lástima que no tuviera forma de Gato, sinó ya habría sido la pera XD) pero preferimos ir andando, porqué Mitaka es un lugar precioso, alejado del bullicio de Tokio y con mucho encanto. Además, estabamos en pleno hanami, por lo que mientras seguiamos las indicaciones (señales con un simpático totoro que nos indicaba cuanto quedaba para llegar) pudimos ir contemplando un paisaje estupendo.

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Típica casita de barrio residencial

Totoro guiándonos hacia nuestro destino.


El precioso parque de cerezos que tuvimos que seguir para llegar al museo.


Tras cruzar un par de calles, ahí estaba. Fue uno de los momentos más emocionantes del viaje. Un enoooorme Totoro nos daba la bienvenida al paraiso. Hay pocas palabras que definan el como se siente uno en el Museo Ghibli, pero es una sensación muy parecida a la que sientes cuando ves una película suya. Paz y felicidad. El niño que hay en ti despierta y disfruta como nunca. Fue una mañana realmente mágica.

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Bienvenidos a el paraiso T______T

Intentando entablar conversación con el enorme taquillero ;)


Yo muy feliz de la vida

Dani pletórico "¿¿Pero tu has visto donde estaaaaaamos???!!!"


La arquitectura del edificio es una pasada. Por fuera parece una especie de "casita para gnomos" encantandora.

Tras conseguir milagrosamente una entrada para Meritxell (los demás la traiamos comprada por Internet) nos adentramos en la aventura. Por desgracia dentro no dejan hacer fotos. Pero casi mejor así. Lo mejor es ir y sorprenderte. Yo iba un poco recelosa porque me habían dicho que no era para tanto...pero la verdad es que salí encantada. Es pequeñito, pero no hay nada en él que no sea increiblemente mágico. Cada rincon es encantador. Hasta los lavabos. Juro que no he estado en unos labavos tan bonitos en mi vida. Daban ganas de quedarse allí a vivir. En serio. Además pudimos asistir a la proyección de un corto sobre un perrito monísimo, y visitar numerosas exposiciones. La que te explica los misterios de la animación es increible, alucinante. Y la recreación del despacho del señor Miyazaki única. Las paredes estan prácticamente "forradas" de originales ¡del propio Miyazaki! Madre mia...espero que nuestras babas no los estropearan mucho....Pudimos ver los guiones, los story boards, los fondos, los diseños...de muchas de nuestras películas favoritas. Fue una de las mejores experiencias del viaje.

Tras ver el museo, por supuesto llegó la hora de pasar por las dos tiendas de recuerdos a gastarnos yenes. Como ya habíamos estado en una tienda Ghibli (y aún nos quedaba otra por ver XD) no vaciamos los estantes, tal y como estaba planeado. Además los objetos del Estudio Ghibli son algo más caros que la media (comparado con los precios de las frikadas allí, claro esta). Aún así compramos varios peluches, figuritas, llaveros, cómics, libros de arte...etc. Era muy dificil resistirse. XD Tras las compras y terminar de visitar todo el museo (en la parte exterior, donde está la reproducción del robot de LaPuta, sí se podían hacer fotos), nos tomamos un café en la cafeteria del museo, mientras repasábamos nuestras compras (e incluso alguno volvía a entrar para comprar algo a última hora XD).

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Fotito sacada "destrangis" en el GatoBus que había dentro (donde sólo dejaban jugar a los niños...joooouh)

Luis y yo posando con el robot

Dani y yo en plan "no nos moverán, nos quedamos aquí a vivir"


Que chuli mi GatoBuuuuus

Que fácil es hacernos felices XDDDD


Tras abandonar a regañadientes el Museo (el hambre empezaba a apretar, y aún teníamos muchos planes para ese día...) nos dispusimos a encontrar un buen sitio para comer en Mitaka, con la esperanza de encontrar algún Bar Manolo encantador como el de Himeji. Pero no supimos donde buscar, o no tuvimos suerte, por lo que decidimos volver a la estación. Las estaciones japonesas suelen ser casi todas como centros comerciales, así que no nos fue dificil dar con una planta entera de restaurantes. Volvimos a decidirnos por un italiano (sí, a partir de ahora la comida italiana se impondría XD no se porqué...). Allí comimos bastante bien, y pudimos ¡sentarnos los 6 juntos! ¡en la misma mesa! (en serio...esto era todo un acontecimiento XD) La mejor anédota fue la confusión entre Luis y el camarero. Este pidió "coke" y no se porqué extraño motivo el camarero interpretó "cofee", por lo que acabó trayéndole un vaso enorme con café con hielo, que sólo Dani (que es adicto y el café no le afecta XD) pudo terminarse.


Dani to viciao...XDDD


Una vez comidos y reposados, volvimos a coger el tren de regreso a Tokio. Nuestro plan para la tarde era visitar el distrito de Shinjuku, especialmente el famoso ayuntamiento de Tokio y su mirador, donde se pueden apreciar vistas espectaculares del inmenso Tokio.

Una vez allí dimos un pequeño paseo por los alrededores, contemplando los inmensos rascacielos de la zona más financiera de Tokio. Cuando llegamos al famoso "Tocho" , el "tochisimo" ayuntamiento de Tokio (lapidadme si queréis pero el chiste es inevitable) nos pusimora rápidamente a hacer cola para poder subir a la última planta de una de sus torres, ponde había un mirador. Tuvimos que pasar un pequeño control de seguridad (ya que se trata de un edificio oficial) pero los agentes fueron muy amables. Recuerdo que uno abrió la bolsa de Dani y se echó a reir cuando vio lo que había dentro ¡TOTORO! XD Creo que ahí se hizo bastante evidente que éramos 6 inofensivos frikis occidentales.

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Edificios altísimoooooooooooooooooooooooooooooos

Oh yeah

Judit "flipping with the camera"...

SuGOOOOOOOOOOOOOI XDDDDD


En fin, que como bien dice Dani en uno de los videos del momento..."como no vayan los ascensores igual llegamos mañana" XD Afortunadamente la tecnologia japonesa no nos defraudó, y subimos -bastante rapidito además- los XXXXXXXX pisos que debía tener aquello.

Lo primero que te sorprende cuando subes al último piso, es que allí no sólo hay un mirador. Allí hay de todo. XD Tiendas por doquier, cafetería...Podría decirse que es un mini-centro comercial. XD Así que además de hincharnos a hacer fotos, pudimos comprar algún que otro recuerdo, y a Dani le dio tiempo hasta de hacer una amiga de Yokohama. :P Como estaba anocheciendo ya, decidimos esperar a que lo hiciese del todo, y así tener panorámicas de Tokio nocturnas, que son aún más impresionantes, parece que estes dentro de una película futurista.

¿Os suena ese Hotel? Revisad "Lost in translation"... ;)

Yo quedándome tonta mirando al infinito. Y es que la ciudad parecía no tener fin.

Tiendecitaaaaas. Ni aquí dejaron nuestras carteras de sufrir XD

La noche empezaba a caer sobre la "megalópolis" (porque llamar "ciudad" a ESTO es llamar "charco" al océano)

Luis, yo y Tokio a nuestra espalda.

Lo curioso de esta foto es que la hicimos con el automático, poniendo la cámara en el escaparate de una tienda (si no hubiésemos estado en Japón...me habría preocupado..XD)

"Wellcome to the future"


A la salida del edificio...Flipante, eh?

Como aún no era tarde y las tiendas aún estaban abiertas, dedicamos un buen rato a investigar Shijuku. Descubrimos que además de enormes rascacielos había un barrio dedicado al ocio bastante curiosa, llena de "Pachinkos" y bares donde los oficinistas acuden para relajarse tras las largas jornadas de trabajo. Allí pudimos encontrar varias tiendas frikis, donde volvimos a gastarnos muchos yenes XD. Alguna de estas tiendas eran realmente difíciles de encontrar, pues estaban ocultas en subsótanos o plantas diversas de edificios donde también vivia gente, lo cual dio para muchas anécdotas de frikis correteando por escaleras y ascensores de pisos escogidos al azar. XDDD
El barrio de ocio de Shinjuku de noche

Saliendo de una tienda friki escondíaaaaaaa

Una vez cerradas las tiendas, cenamos algo en un sitio de comida rápida (ramen rápido, más bien XD) donde el señor era un poquito rancio pero la comida era muy muy barata. Y con eso y un bizcocho (del 7eleven) nos volvimos al Edoya, a descansar, a comprobar cuantas frikadas de más habiamos comprado y a dormir, pues al día siguiente nos tocaba la última excursión fuera de Tokio: Kamakura.
El altar friki que se estaba contruyendo Dani en la habitación XD


Dos de mis adquisiciones del día


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Mata-ne!!!!

1 de Abril 2008: ¡Hace sol! ¡Amos de paseo por Tokyo!

jueves, 30 de octubre de 2008

Este es el relato de uno de los días más productivos de cuantos pasamos en Tokyo: Palacio Imperial, Odaiba, Ueno y -como no- Akihabara en una misma jornada. Y sin despeinarnos.

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Pero empezemos por el principio. Nos levantamos tempranito como cada mañana en el Edoya. Mientras los demás desayunan, Luis y yo nos acercamos al Hospital Yuntendo (ya nos sabíamos bien el camino ^__^U ) a que nos devuelvan -al menos- la mitad del dinero que pagamos (el resto nos lo entregaría la compañía de seguros al día siguiente).

Una vez solucionado esto, nos dirigimos todos a nuestra boca de metro habitual, donde una vez más, tuvimos que pasar un buen rato descifrando como llegar a nuestro destino (en este caso, el Palacio Imperial).

Esto....WTF!!!


Y ahora que menciono el tema del metro. Tras valorar bastantes opciones (ya no nos quedaba Japan Rail Pass) nos decidimos por comprar una tarjeta llamada Pasmo. (sí, el nombre da mucho juego para comentarios graciosos XD)

Tarjetita PASMO con su mascota correspondiente (todo en Japón tiene mascota XD)


Por aquí se entraba al Metro ^^


El sistema era bastante sencillo. Tras dejar un depósito de...(creo que eran 500 o 1000 yenes que posteriormente te devolverían) ibas recargando la tarjetita con cantidades desde los 1000 yenes. En Japón las tarifas de metro van en crescendo dependiendo de la distancia que recorras, por lo que es una opción bastante útil si no quieres hacerte un lío. (Eso sí, hay que recargarla con mucha frecuencia, sino puedes encontrarte sin dinero para salir del metro, ya que el pago se efectua al salir y no al entrar).

Especialmente modernos eran los "detectores" que se usaban para esta tarjeta. No tenías siquiera que sacarla, con acercar el bolso ya bastaba. Y era muy útil y bastante molón de hacer. XDDD

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Tras este inciso, vuelvo a las crónicas del viaje propiamente dichas. El trayecto hacia el Palacio Imperial (bueno, hacia sus jardines, porqué el Palacio sólo lo ves de lejos) se desarrolló sin problemas, aunque aún nos seguía maravillándo la curiosa fauna urbana japonesa.


- "Esos entrañables bichitos negros voladores..."




Los jardines imperiales son enormes. Y la verdad es que en pleno Hanami y con el día tan soledado que hacía, estaban especialmente bonitos. Especialmente me gustaron los alrededores del foso que nos separa del Palacio...con sus patitos nadando y sus cerezos que casi casi tocaban el agua con la punta de las hojas. Fue uno de esos momentos de incontinencia fotográfica de la que a continuación intentaré hacer una breve selección.

Alucinante el contraste de colores.


Yo cual "shojo" manga...


Casi todo el "6pack". Faltaba Jose, que obviamente estaba haciendo la foto.

Que bonico es to. La estampa perfecta de un día perfecto en un lugar increible.


Nos adentramos al interior de los jardines (si amiguitos, todo esto era antes de entrar) y , la verdad, lo que más destaca de ellos es que son inmensamente grandes y está todo ultra limpio y muy cuidado. Los cerezos allí, como no, estaban preciosos, llegando a ver los más grandes y frondosos que habíamos visto hasta ahora. También fue interesante poder visitar una exposición gratuita de pintura sobre el monte Fuji (lo que nos recordó la ausencia de Museos en nuestro planning. La verdad es que en un país como Japón...el arte está a tu alrededor, no entre cuatro paredes.).

Por lo demás los Jardines no me impresionaron demasiado. Supongo que después de ver las maravillas de jardines que vimos en Kyoto y en Himeji, esperaba algo más.

Graaaaandes

Especie de "grupo del inserso" japonés jejeje


A la salida de los jardines



Como aún nos quedaba mañana por delante, decidimos visitar Odaiba , una isla artificial situada en la bahía de Tokyo y que se conecta con la ciudad a través del emblemático puente Raimbow. Es una zona muy muy curiosa, llena de cosas que ver y muy animada (la oferta cultural y de ocio es especialmente buena, con muchos centros comerciales, varios parques de atracciones...)

El viaje hasta allí ya fue toda una aventura, ya que fuimos por medio de la linea de metro Yurikamome, sin conductor y totalmente futurista. Además tuvimos la gran suerte de sentarnos delante y buaaa, era una pasada. Creo que hicimos mil fotos sólo del trayecto, porqué a cad minuto había algo (vista, edificio, cosa XD) que nos llamaba la atención.

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Dani y yo sentaditos disfrutando del paisaje en primera fila. wiiii.

En este curioso edificio se suelen celebrar los grandes eventos frikis japos


Me quedé con ganas de visitar por dentro las instalaciones de la Fuji Tv...creo que habría sido muy curioso de ver.

Más vistas curiosas desde el tren...

Una vez allí, como ya he dicho, nos sorprendió la gran oferta de ocio del lugar. Antes de poder llegar a la zona de fotos de rigor (puente, estatua de la libertad, etc) nos topamos con maravillas como estas:

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Curiosa emtrada de una tienda para gatos...No entramos, pero seguro que dentro había cosas a la altura de esa entrada XDDD


Cochazo estupendísimo que nos encontramos por allí... (cualquier excusa para hacer el moñas es bien recibida)


¿Hace un condón de Picachu? Madre mia que cosas...

La zona del...digamos...paseo marítimo es bastante chula, y también bastante romántica dada la gran cantidad de parejas que pudimos ver por allí. Además de hacernos multitud de fotos probamos de nuevo las famosas bolas de pulpo rellenas (Takoyaki), aunque Luis pasó un mal rato por ansioso... (avisados quedáis de que no importa lo frias que parezcan estar por fuera, por dentro QUEMAN).

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Estampa preciosa de parejita frente a mar (eso sí...luego les vimos de frente y tenían una cara de aburrimiento..XDDD)

El romanticismo se contagiaba XD


Estatua de la Libertad (no he estado en la de NY, así que de momento me conformaré con la de Tokyo...jejeje)


Love is in the aaaair (mira que llegan a ser horteras los japos en ese sentido, la verdad XD)



Tras el "photo call" nos dirigimos a uno de los numerosos centros comerciales de por allí (bueno, realmente fuimos a uno en concreto porqué yo había divisado una Disney Store desde el tren y no podía dejarla escapar.

El regreso tuvo que ser algo precipitado porqué a Luis de repente le empezó a picar todo el cuerpo. (En sentido literal XD) y cuando le miré tenía todo lleno de rojeces y sarpullidos... Vamos, que tenía una reacción alérgica como la copa de un pino. Y para que Dani pudiese darle la medicación correcta (nuestro enfermero venía bien preparado ;) ) tuvimos que pasar por el Ryokan. (Más tarde descubriríamos que lo que a Luis le había dado alergia era el Yukata del ryokan...curioso...Òò)

De el viaje de vuelta destacar lo espectáculas de atravesar el distrito financiero de Tokyo (con sus rascacielos y tal) desde el tren aquel sin conductor. Pufff. Parece que estés en Gotham City o algo parecido. :)

Para el próximo viaje a Tokyo me he prometido dedicarle un día entero a explorar Odaiba como se merece.

Después de que Luis se medicara y le dejara de picar todo (jejeje) nos dirigimos al parque de Ueno con la intención de seguir la tradición japonesa del Hanami y comer bajo la sombra de los cerezos florecidos.

El parque de Ueno es uno de los más grandes de la ciudad, y en su interior se encuentran un Zoo y numerosos Museos (que, por desgracia, no tuvimos tiempo de visitar...yo que quería ver Pandas...snif). Antes de llegar pasamos por un 7Eleven (¿o era un Lawson?)...En fin, uno de esos benditos establecimientos 24 horas, donde compramos Bento a un precio irrisorio y allí mismo nos lo calentaron en el microondas. Estaba todo buenísimo. En Japón hasta la comida más cutre de supermercado sabe deliciosa.

Como no había sitio en las lonas azules, y nos daba un poco de vergüenza...acabamos sentados en la acera XD. La verdad es que teníamos más pinta de mendigos que otra cosa...(por cierto, el parque de Ueno tiene bastantes mendigos, pero estos se diferencian bastante de los mendigos que tenemos por aquí. No piden dinero y transmiten mucha dignidad).

Muy cómodas tampoco es que estuviéramos...pero al menos no nos cagó ningún pájaro en la comida XDDDD

Mirad que icooooooooo OISHIIIIIIIIIIIIIIIII


Con el estómago lleno nos dimos un paseo por el parque. Había mucha gente, imagino que debido al buen tiempo que hacía ese día y al espectáculo del Hanami. Ueno es también un parque "para parejitas", sobre todo en la zona que bordea un lago, donde hay típicas barquitas con forma de pato de lo más cursis.

Japonesas y minifaldas....poco más que añadir


Pajaricos....


Que bonico el lago


Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarl


Barquitas con parejitas


Después del paseo, y como ya estábamos un poco hartos de naturaleza y nos apetecía consumir frikismo cual hienas, decidimos acabar el día en Akihabara. Y como Ueno esta relativamente cerca de Akihabara, nos la jugamos y fuimos andando.

El paseo dio mucho de si, desde el que nos echaran -literalmente- de una tienda de cachorritos por pesaos -y por grabarlos en video- hasta el que tuviésemos que recurrir a la "dudosa" brújula de Luis para saber hacia donde teníamos que ir. Además pudimos comprobar que la tercera edad japonesa le da mucho al sake durante el Hanami XDDDD

Respecto a la orientación, al final optamos por lo fácil, seguir las vías del metro (que se alzaban sobre nuestras cabezas), y finalmente llegamos sin problemas a ese paraiso que es Akihabara, donde pasamos un final de tarde como tantos otros, frikeando.

Y esto es todo de momento. Esta entrada ha sido larga, pero es que fue un día muy productivo.

En el próximo episodio: El museo Ghibliiiiiiiiiiiiiiiiiiii


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Mata-ne!!!