Fugaz visita a Aomori y Hirosaki

lunes, 24 de agosto de 2020

De alguna manera, sobrevivimos a la noche en el albergue con el alemán que olía mal. Sorprendentemente, de hecho, yo al menos dormí bastante bien... 

El tiempo no acompañó demasiado a nuestro paseo matutino por Yasumi-ya antes de coger el bus de vuelta a la civilización. De hecho, se puso a llover un poco. Igualmente, pudimos dar una vuelta por la orilla y visitar el templo del lugar. Además, al estar lloviendo no había nadie y las fotos quedaron más chulas. No hay mal que por bien no venga...

Belleza otoñal
Friki del otoño levitando de emoción
Los arboles estaban realmente preciosos
Paseando por el paraíso
Muy fan de esta pequeña isleta
La orillita del lago Towada

Into the woods
Templo
Precioso en medio del bosque...
Parecía todo recién salido de un cuento...

 Después del pequeño paseo y de comprar algo para picar, cogimos el autobús de camino a Aomori. En vez de ir directos a Hachinohe (nuestro campamento base) decidimos dar un rodeo pasando por la ciudad de Hirosaki, que tiene un castillo chulo y nos daba curiosidad...

Tras un precioso recorrido por las montañas otoñales, llegamos a la estación de Aomori. Por desgracia eso fue lo único que vimos de la ciudad...la estación. Me apunto para próximos viajes el seguir explorando la zona.

Aomori es famosa por dos cosas, y ambas están bien representadas en la estación. Una es el festival "Nebuta" ,que se celebra en agosto, y en el que desfilan enormes lámparas que representan los más variados personajes folclóricos japoneses. Hay una pequeña muestra en la estación y, los de verdad, deben ser impresionantes de ver...

La otra cosa por lo que Aomori es famoso, es por sus manzanas. Es el mayor productor del país y se cultivan hasta 50 variedades, siendo aquí un producto "gourmet". Por eso, todo está decorado con  manzanas, y todas las comidas tienen sabor a manzana. Así que si eres fan de esta fruta, Aomori es tu paraíso.

Hicimos tiempo paseando por las tiendas de la estación y comiendo algo. Primero, comimos en un sitio especializado en deliciosos yakisoba. Los míos los pedí con manzana, por aquello de hacer "honor" a la especialidad local... Después comimos un heladito de postre y ya nos dirigimos a coger el tren hacia Hirosaki.

Nebuta que representa un Tengu
Welcome to Aomori!
Aruba con su gelatto 
Más Nebutas por la estación...
Mis yakisoba con manzana
Los yakisoba con curry de Amir...pintaza!


Llegamos a Hirosaki algo más tarde de lo previsto, ya que prácticamente estaba anocheciendo. Esto hizo que el parque del castillo no luciese demasiado, estuviese desierto y diese un poco de yuyu pasear por allí...Además, el castillo está actualmente en reconstrucción y no está en su emplazamiento original. Me apunto volver a Hirosaki en el futuro ya que no creo que lo pudiésemos apreciar bien... dicen que en época de Sakuras es una maravilla...

De camino a Hirosaki, el monte Iwaki, que es, de hecho, otro volcán como el Fuji, pero más pequeño
Era inquietante la cantidad de pájaros que había
¿Hitchcock?
Iluminación nocturna otoñal en el parque de Hirosaki
Castillo de Hirosaki
Aruba exultante de felicidad por estar en Hirosaki XD
La mascota de Hirosaki, que tiene mucho sentido de sea un pájaro...la verdad.
Más fotos nocturnas en el parque 


 Tomamos el tren de vuelta a Hachinohe y fuimos a cenar al sitio de ticket que ya habíamos localizado la vez anterior. Somos de poco arriesgarnos...XD Además era barato y estaba muy rico. Y en un ataque de "quiero comer algo que no sean arroz y fideos" Amir pidió patatas fritas y estaban muy ricas...Yo me decanté por lengua de vaca porque ya que no la había probado en Sendai (de donde es típica) no me quería ir del norte de Japón sin hincarle el diente. Estaba bastante rica, la verdad.




Itadakimasu





Y con esto termina nuestra aventura por Tohoku, una zona de Japón con apenas turismo occidental... pero que tiene muchísimo que ofrecer. Sin duda no será la última vez que nos veamos, Tohoku...