Amanece un día más en el Edoya. Nos levantamos prontito, pues tenemos que desplazarnos hasta Mitaka, pueblecito a las afueras de Tokyo donde está situado uno de nuestros destinos "estrella" del viaje: El Museo Ghibli.
Este día dimos finalmente por zanjado el tema de los hospitales...médicos...seguros y anginas varias. Tal y como me habían comentado el día anterior por teléfono, a las 8 de la mañana (de hecho, creo que llegó 10 minutos antes) tenía plantado en el hotel a un japo con el dinero que les quedaba por pagarme. Un ejemplo más de eficiencia y puntualidad japonesa.
Después de esto cogimos la linea correspondiente para ir a Mitaka, un pueblito a las afuertas de Tokio. Una vez allí, seguimos las indicaciones pertinentes y nos dirigimos en busca del ansiado museo. Existe una especie de Ghibli-Bus (lástima que no tuviera forma de Gato, sinó ya habría sido la pera XD) pero preferimos ir andando, porqué Mitaka es un lugar precioso, alejado del bullicio de Tokio y con mucho encanto. Además, estabamos en pleno hanami, por lo que mientras seguiamos las indicaciones (señales con un simpático totoro que nos indicaba cuanto quedaba para llegar) pudimos ir contemplando un paisaje estupendo.
Típica casita de barrio residencial
Este día dimos finalmente por zanjado el tema de los hospitales...médicos...seguros y anginas varias. Tal y como me habían comentado el día anterior por teléfono, a las 8 de la mañana (de hecho, creo que llegó 10 minutos antes) tenía plantado en el hotel a un japo con el dinero que les quedaba por pagarme. Un ejemplo más de eficiencia y puntualidad japonesa.
Después de esto cogimos la linea correspondiente para ir a Mitaka, un pueblito a las afuertas de Tokio. Una vez allí, seguimos las indicaciones pertinentes y nos dirigimos en busca del ansiado museo. Existe una especie de Ghibli-Bus (lástima que no tuviera forma de Gato, sinó ya habría sido la pera XD) pero preferimos ir andando, porqué Mitaka es un lugar precioso, alejado del bullicio de Tokio y con mucho encanto. Además, estabamos en pleno hanami, por lo que mientras seguiamos las indicaciones (señales con un simpático totoro que nos indicaba cuanto quedaba para llegar) pudimos ir contemplando un paisaje estupendo.
Típica casita de barrio residencial
El precioso parque de cerezos que tuvimos que seguir para llegar al museo.
Tras cruzar un par de calles, ahí estaba. Fue uno de los momentos más emocionantes del viaje. Un enoooorme Totoro nos daba la bienvenida al paraiso. Hay pocas palabras que definan el como se siente uno en el Museo Ghibli, pero es una sensación muy parecida a la que sientes cuando ves una película suya. Paz y felicidad. El niño que hay en ti despierta y disfruta como nunca. Fue una mañana realmente mágica.
Bienvenidos a el paraiso T______T
Intentando entablar conversación con el enorme taquillero ;)
Yo muy feliz de la vida
Dani pletórico "¿¿Pero tu has visto donde estaaaaaamos???!!!"
Intentando entablar conversación con el enorme taquillero ;)
Yo muy feliz de la vida
Dani pletórico "¿¿Pero tu has visto donde estaaaaaamos???!!!"
La arquitectura del edificio es una pasada. Por fuera parece una especie de "casita para gnomos" encantandora.
Tras conseguir milagrosamente una entrada para Meritxell (los demás la traiamos comprada por Internet) nos adentramos en la aventura. Por desgracia dentro no dejan hacer fotos. Pero casi mejor así. Lo mejor es ir y sorprenderte. Yo iba un poco recelosa porque me habían dicho que no era para tanto...pero la verdad es que salí encantada. Es pequeñito, pero no hay nada en él que no sea increiblemente mágico. Cada rincon es encantador. Hasta los lavabos. Juro que no he estado en unos labavos tan bonitos en mi vida. Daban ganas de quedarse allí a vivir. En serio. Además pudimos asistir a la proyección de un corto sobre un perrito monísimo, y visitar numerosas exposiciones. La que te explica los misterios de la animación es increible, alucinante. Y la recreación del despacho del señor Miyazaki única. Las paredes estan prácticamente "forradas" de originales ¡del propio Miyazaki! Madre mia...espero que nuestras babas no los estropearan mucho....Pudimos ver los guiones, los story boards, los fondos, los diseños...de muchas de nuestras películas favoritas. Fue una de las mejores experiencias del viaje.
Tras ver el museo, por supuesto llegó la hora de pasar por las dos tiendas de recuerdos a gastarnos yenes. Como ya habíamos estado en una tienda Ghibli (y aún nos quedaba otra por ver XD) no vaciamos los estantes, tal y como estaba planeado. Además los objetos del Estudio Ghibli son algo más caros que la media (comparado con los precios de las frikadas allí, claro esta). Aún así compramos varios peluches, figuritas, llaveros, cómics, libros de arte...etc. Era muy dificil resistirse. XD Tras las compras y terminar de visitar todo el museo (en la parte exterior, donde está la reproducción del robot de LaPuta, sí se podían hacer fotos), nos tomamos un café en la cafeteria del museo, mientras repasábamos nuestras compras (e incluso alguno volvía a entrar para comprar algo a última hora XD).
Tras ver el museo, por supuesto llegó la hora de pasar por las dos tiendas de recuerdos a gastarnos yenes. Como ya habíamos estado en una tienda Ghibli (y aún nos quedaba otra por ver XD) no vaciamos los estantes, tal y como estaba planeado. Además los objetos del Estudio Ghibli son algo más caros que la media (comparado con los precios de las frikadas allí, claro esta). Aún así compramos varios peluches, figuritas, llaveros, cómics, libros de arte...etc. Era muy dificil resistirse. XD Tras las compras y terminar de visitar todo el museo (en la parte exterior, donde está la reproducción del robot de LaPuta, sí se podían hacer fotos), nos tomamos un café en la cafeteria del museo, mientras repasábamos nuestras compras (e incluso alguno volvía a entrar para comprar algo a última hora XD).
Fotito sacada "destrangis" en el GatoBus que había dentro (donde sólo dejaban jugar a los niños...joooouh)
Luis y yo posando con el robot
Dani y yo en plan "no nos moverán, nos quedamos aquí a vivir"
Luis y yo posando con el robot
Dani y yo en plan "no nos moverán, nos quedamos aquí a vivir"
Tras abandonar a regañadientes el Museo (el hambre empezaba a apretar, y aún teníamos muchos planes para ese día...) nos dispusimos a encontrar un buen sitio para comer en Mitaka, con la esperanza de encontrar algún Bar Manolo encantador como el de Himeji. Pero no supimos donde buscar, o no tuvimos suerte, por lo que decidimos volver a la estación. Las estaciones japonesas suelen ser casi todas como centros comerciales, así que no nos fue dificil dar con una planta entera de restaurantes. Volvimos a decidirnos por un italiano (sí, a partir de ahora la comida italiana se impondría XD no se porqué...). Allí comimos bastante bien, y pudimos ¡sentarnos los 6 juntos! ¡en la misma mesa! (en serio...esto era todo un acontecimiento XD) La mejor anédota fue la confusión entre Luis y el camarero. Este pidió "coke" y no se porqué extraño motivo el camarero interpretó "cofee", por lo que acabó trayéndole un vaso enorme con café con hielo, que sólo Dani (que es adicto y el café no le afecta XD) pudo terminarse.
Una vez comidos y reposados, volvimos a coger el tren de regreso a Tokio. Nuestro plan para la tarde era visitar el distrito de Shinjuku, especialmente el famoso ayuntamiento de Tokio y su mirador, donde se pueden apreciar vistas espectaculares del inmenso Tokio.
Una vez allí dimos un pequeño paseo por los alrededores, contemplando los inmensos rascacielos de la zona más financiera de Tokio. Cuando llegamos al famoso "Tocho" , el "tochisimo" ayuntamiento de Tokio (lapidadme si queréis pero el chiste es inevitable) nos pusimora rápidamente a hacer cola para poder subir a la última planta de una de sus torres, ponde había un mirador. Tuvimos que pasar un pequeño control de seguridad (ya que se trata de un edificio oficial) pero los agentes fueron muy amables. Recuerdo que uno abrió la bolsa de Dani y se echó a reir cuando vio lo que había dentro ¡TOTORO! XD Creo que ahí se hizo bastante evidente que éramos 6 inofensivos frikis occidentales.
Lo primero que te sorprende cuando subes al último piso, es que allí no sólo hay un mirador. Allí hay de todo. XD Tiendas por doquier, cafetería...Podría decirse que es un mini-centro comercial. XD Así que además de hincharnos a hacer fotos, pudimos comprar algún que otro recuerdo, y a Dani le dio tiempo hasta de hacer una amiga de Yokohama. :P Como estaba anocheciendo ya, decidimos esperar a que lo hiciese del todo, y así tener panorámicas de Tokio nocturnas, que son aún más impresionantes, parece que estes dentro de una película futurista.
Una vez comidos y reposados, volvimos a coger el tren de regreso a Tokio. Nuestro plan para la tarde era visitar el distrito de Shinjuku, especialmente el famoso ayuntamiento de Tokio y su mirador, donde se pueden apreciar vistas espectaculares del inmenso Tokio.
Una vez allí dimos un pequeño paseo por los alrededores, contemplando los inmensos rascacielos de la zona más financiera de Tokio. Cuando llegamos al famoso "Tocho" , el "tochisimo" ayuntamiento de Tokio (lapidadme si queréis pero el chiste es inevitable) nos pusimora rápidamente a hacer cola para poder subir a la última planta de una de sus torres, ponde había un mirador. Tuvimos que pasar un pequeño control de seguridad (ya que se trata de un edificio oficial) pero los agentes fueron muy amables. Recuerdo que uno abrió la bolsa de Dani y se echó a reir cuando vio lo que había dentro ¡TOTORO! XD Creo que ahí se hizo bastante evidente que éramos 6 inofensivos frikis occidentales.
Edificios altísimoooooooooooooooooooooooooooooos
Oh yeah
Judit "flipping with the camera"...
SuGOOOOOOOOOOOOOI XDDDDD
En fin, que como bien dice Dani en uno de los videos del momento..."como no vayan los ascensores igual llegamos mañana" XD Afortunadamente la tecnologia japonesa no nos defraudó, y subimos -bastante rapidito además- los XXXXXXXX pisos que debía tener aquello.Oh yeah
Judit "flipping with the camera"...
SuGOOOOOOOOOOOOOI XDDDDD
Lo primero que te sorprende cuando subes al último piso, es que allí no sólo hay un mirador. Allí hay de todo. XD Tiendas por doquier, cafetería...Podría decirse que es un mini-centro comercial. XD Así que además de hincharnos a hacer fotos, pudimos comprar algún que otro recuerdo, y a Dani le dio tiempo hasta de hacer una amiga de Yokohama. :P Como estaba anocheciendo ya, decidimos esperar a que lo hiciese del todo, y así tener panorámicas de Tokio nocturnas, que son aún más impresionantes, parece que estes dentro de una película futurista.
¿Os suena ese Hotel? Revisad "Lost in translation"... ;)
Yo quedándome tonta mirando al infinito. Y es que la ciudad parecía no tener fin.
Tiendecitaaaaas. Ni aquí dejaron nuestras carteras de sufrir XD
Yo quedándome tonta mirando al infinito. Y es que la ciudad parecía no tener fin.
Tiendecitaaaaas. Ni aquí dejaron nuestras carteras de sufrir XD
La noche empezaba a caer sobre la "megalópolis" (porque llamar "ciudad" a ESTO es llamar "charco" al océano)
Luis, yo y Tokio a nuestra espalda.
Luis, yo y Tokio a nuestra espalda.
Lo curioso de esta foto es que la hicimos con el automático, poniendo la cámara en el escaparate de una tienda (si no hubiésemos estado en Japón...me habría preocupado..XD)
"Wellcome to the future"
A la salida del edificio...Flipante, eh?"Wellcome to the future"
Como aún no era tarde y las tiendas aún estaban abiertas, dedicamos un buen rato a investigar Shijuku. Descubrimos que además de enormes rascacielos había un barrio dedicado al ocio bastante curiosa, llena de "Pachinkos" y bares donde los oficinistas acuden para relajarse tras las largas jornadas de trabajo. Allí pudimos encontrar varias tiendas frikis, donde volvimos a gastarnos muchos yenes XD. Alguna de estas tiendas eran realmente difíciles de encontrar, pues estaban ocultas en subsótanos o plantas diversas de edificios donde también vivia gente, lo cual dio para muchas anécdotas de frikis correteando por escaleras y ascensores de pisos escogidos al azar. XDDD
Mata-ne!!!!
El barrio de ocio de Shinjuku de noche
Saliendo de una tienda friki escondíaaaaaaa
Saliendo de una tienda friki escondíaaaaaaa
Una vez cerradas las tiendas, cenamos algo en un sitio de comida rápida (ramen rápido, más bien XD) donde el señor era un poquito rancio pero la comida era muy muy barata. Y con eso y un bizcocho (del 7eleven) nos volvimos al Edoya, a descansar, a comprobar cuantas frikadas de más habiamos comprado y a dormir, pues al día siguiente nos tocaba la última excursión fuera de Tokio: Kamakura.
Mata-ne!!!!