Yokohama, la ciudad del amor y del ramen 💗

miércoles, 21 de octubre de 2020

Yokohama mon amour... Sin duda esta ciudad costera cercana a Tokyo se ha ganado a pulso la fama entre los japoneses de ser uno de los mejores sitios para una cita con tu pareja. Y es que a la ciudad no le faltan atractivos... La noria, el puerto, Chinatown... pero si hemos de ser sinceros, si incluimos Yokohama en nuestro itinerario fue por el RAMEN. 

RA-MEN... sólo de pronunciarlo ya empiezo a salivar...

Y es que en Yokohama se encuentra el llamado "Museo del Ramen", algo que siempre pensé que era un poco "tourist trap" pero me sorprendió gratamente ver que había muchos japoneses en el interior, ya que está repleto de restaurantes donde degustar especialidades de ramen de todas las regiones de Japón concentradas en un único espacio.

Y es que aunque se le llame museo, se trata más bien de un conjunto de restaurantes pequeñitos en un sótano magníficamente ambientado en la era Showa, que imagino que debe ser un lugar muy nostálgico para los japoneses que la vivieron, y para el gaijin de turno es como un parque de atracciones o estar metido en una peli de Ozu o Mizoguchi...

Llegamos a Yokohama directos desde Hachinohe, pasando un segundo por el Edoya a dejar nuestras maletas. Fue un viaje algo más largo pero era lo más práctico para ahorrarnos el dinero del Takkyubin (envío de maletas) ya que aquella noche la pasaríamos en Yokohama en un Love Hotel...y no te quieres llevar maletas grandes a un Love Hotel... Como siempre, y habiéndoles avisado de antemano, claro está, los dueños del Edoya (quiero que me adopten, por favor) se mostraron muy comprensivos al hacernos el favor de guardar nuestras maletas durante 1 día. 

En el metro nos encontramos a estos señores vestidos de samurai para hacerse fotos. Algo muy gaijin pero que no puedo negar que nos hizo mucha ilusión...XD Mola encontrarte samurais en el metro...eso en Barcelona no pasa...

El de la barba era mi favorito, sin duda

Amir haciendo amigüis en Yokohama


Como os he dicho, el Museo del Ramen es un sitio más bien pequeñito en una calle cualquiera... pero una vez bajas las escaleras...es como entrar en otro mundo y en otra época... y el olor a ramen es... en fin. Lo dejo. No debería estar escribiendo esto a la hora de comer...

Yo intentando decidir que variedad de Ramen quiero probar...

Vista general del museo

Detallitos...

Otra vista del museo

Me encantó que cuidasen la ambientación hasta el mínimo detalle. Con ropa tendida en los balcones y otros objetos cotidianos de la época. Era una gozada ver el mimo con el que estaba construido el lugar... Y es un sitio estupendo para hacer fotos sin parar... 



Pero lo más importante del museo del ramen es...por supuesto...¡comer ramen! Costó decidir un sitio y al final apostamos por uno de los que tenían más cola en la puerta. Si hay mucha cola y la mayoría de los que esperan son japoneses... eso es garantía de calidad. Allí nos comimos un ramen de miso que, con permiso de Hiro-san, es de los mejores que he comido en mi vida. 

La sonrisa frente a un bol de ramen...XD

Itadakimasu

El señor con la gorra de Barcelona al fondo...XD

Después de comer, seguimos paseando por Yokohama. Nuestra idea era disfrutar de la noria y el parque de atracciones al atardecer, pero tuvimos la mala suerte de encontrarlo cerrado... Aún así dimos un buen paseo y entramos a chafardear en varios centros comerciales. Queríamos subir a un lugar alto a ver si se veía el Fuji...pero no tuvimos demasiado éxito. 



Como ya pasaban las 6 de la tarde, decidimos ir a nuestro alojamiento para aquella noche. Nuestro Love Hotel. Era la primera vez que nos alojabamos en uno y nos sorprendió la cantidad de cosas gratuitas que ofrecía la estancia... Ya no sólo obsequios (sales de baño, cremas, chuches -era pre-halloween-, bebidas varias incluido vino...) sino también entretenimientos como billar, sillones de masaje, sala de karaoke, baño de pies y yakuzzi privado en la azotea. Tanto era así que abortamos nuestra excursión a Chinatown para poder disfrutar de todo aquello como dios manda.

Y francamente... en Tohoku ya habíamos visto suficientes chinos...😅

Jugando una partidita 

"Viva el vino"

Te podías poner ciego a chuches...

Reservamos hora en la sala de karaoke, que era enana y apestaba a tabaco, pero donde pasamos un rato de risas impagable. Luego fuimos a comer algo por los alrededores, que era una zona bastante animada y que estaba decorada con luces que a mi me parecieron de Navidad...aunque seguramente no lo fuesen...


Comimos en un sitio de ticket baratísimo, y tras ello volvimos al Love Hotel donde habíamos reservado el yacuzzi. La cara de la recepcionista cuando nos informó de que necesitábamos una toalla extra ya que arriba sólo había para 2 fue impagable...creo que la señora pensó que subíamos a hacer cosas sucias 😂😂😂 Que no la culpo...es a lo que suele ir la gente a los Love Hotel.


Korokke de mi vida y de mi corazón...


Quien inventó el curry-katsudón se quedó bien a gusto...

Máquina gratuita de bebidas

El yacuzzi de las ranitas...lo que habrán visto las pobres XD

Haciendo el monguer

Arubi 

En la vida me había encontrado plancha de pelo en una habitación de hotel

El onsen de pies...que ya no nos dio tiempo a usar

La verdad es que a las habitaciones tampoco les faltaba detalle, gran bañera y muchas cosas de belleza y sales de baño. Se nota que es un lugar pensado para que las parejas pasen una noche especial... 

Y con eso y un bizcocho...hasta las siguientes crónicas japonesiles ;)

Fugaz visita a Aomori y Hirosaki

lunes, 24 de agosto de 2020

De alguna manera, sobrevivimos a la noche en el albergue con el alemán que olía mal. Sorprendentemente, de hecho, yo al menos dormí bastante bien... 

El tiempo no acompañó demasiado a nuestro paseo matutino por Yasumi-ya antes de coger el bus de vuelta a la civilización. De hecho, se puso a llover un poco. Igualmente, pudimos dar una vuelta por la orilla y visitar el templo del lugar. Además, al estar lloviendo no había nadie y las fotos quedaron más chulas. No hay mal que por bien no venga...

Belleza otoñal
Friki del otoño levitando de emoción
Los arboles estaban realmente preciosos
Paseando por el paraíso
Muy fan de esta pequeña isleta
La orillita del lago Towada

Into the woods
Templo
Precioso en medio del bosque...
Parecía todo recién salido de un cuento...

 Después del pequeño paseo y de comprar algo para picar, cogimos el autobús de camino a Aomori. En vez de ir directos a Hachinohe (nuestro campamento base) decidimos dar un rodeo pasando por la ciudad de Hirosaki, que tiene un castillo chulo y nos daba curiosidad...

Tras un precioso recorrido por las montañas otoñales, llegamos a la estación de Aomori. Por desgracia eso fue lo único que vimos de la ciudad...la estación. Me apunto para próximos viajes el seguir explorando la zona.

Aomori es famosa por dos cosas, y ambas están bien representadas en la estación. Una es el festival "Nebuta" ,que se celebra en agosto, y en el que desfilan enormes lámparas que representan los más variados personajes folclóricos japoneses. Hay una pequeña muestra en la estación y, los de verdad, deben ser impresionantes de ver...

La otra cosa por lo que Aomori es famoso, es por sus manzanas. Es el mayor productor del país y se cultivan hasta 50 variedades, siendo aquí un producto "gourmet". Por eso, todo está decorado con  manzanas, y todas las comidas tienen sabor a manzana. Así que si eres fan de esta fruta, Aomori es tu paraíso.

Hicimos tiempo paseando por las tiendas de la estación y comiendo algo. Primero, comimos en un sitio especializado en deliciosos yakisoba. Los míos los pedí con manzana, por aquello de hacer "honor" a la especialidad local... Después comimos un heladito de postre y ya nos dirigimos a coger el tren hacia Hirosaki.

Nebuta que representa un Tengu
Welcome to Aomori!
Aruba con su gelatto 
Más Nebutas por la estación...
Mis yakisoba con manzana
Los yakisoba con curry de Amir...pintaza!


Llegamos a Hirosaki algo más tarde de lo previsto, ya que prácticamente estaba anocheciendo. Esto hizo que el parque del castillo no luciese demasiado, estuviese desierto y diese un poco de yuyu pasear por allí...Además, el castillo está actualmente en reconstrucción y no está en su emplazamiento original. Me apunto volver a Hirosaki en el futuro ya que no creo que lo pudiésemos apreciar bien... dicen que en época de Sakuras es una maravilla...

De camino a Hirosaki, el monte Iwaki, que es, de hecho, otro volcán como el Fuji, pero más pequeño
Era inquietante la cantidad de pájaros que había
¿Hitchcock?
Iluminación nocturna otoñal en el parque de Hirosaki
Castillo de Hirosaki
Aruba exultante de felicidad por estar en Hirosaki XD
La mascota de Hirosaki, que tiene mucho sentido de sea un pájaro...la verdad.
Más fotos nocturnas en el parque 


 Tomamos el tren de vuelta a Hachinohe y fuimos a cenar al sitio de ticket que ya habíamos localizado la vez anterior. Somos de poco arriesgarnos...XD Además era barato y estaba muy rico. Y en un ataque de "quiero comer algo que no sean arroz y fideos" Amir pidió patatas fritas y estaban muy ricas...Yo me decanté por lengua de vaca porque ya que no la había probado en Sendai (de donde es típica) no me quería ir del norte de Japón sin hincarle el diente. Estaba bastante rica, la verdad.




Itadakimasu





Y con esto termina nuestra aventura por Tohoku, una zona de Japón con apenas turismo occidental... pero que tiene muchísimo que ofrecer. Sin duda no será la última vez que nos veamos, Tohoku...