Yokohama mon amour... Sin duda esta ciudad costera cercana a Tokyo se ha ganado a pulso la fama entre los japoneses de ser uno de los mejores sitios para una cita con tu pareja. Y es que a la ciudad no le faltan atractivos... La noria, el puerto, Chinatown... pero si hemos de ser sinceros, si incluimos Yokohama en nuestro itinerario fue por el RAMEN.
RA-MEN... sólo de pronunciarlo ya empiezo a salivar...
Y es que en Yokohama se encuentra el llamado "Museo del Ramen", algo que siempre pensé que era un poco "tourist trap" pero me sorprendió gratamente ver que había muchos japoneses en el interior, ya que está repleto de restaurantes donde degustar especialidades de ramen de todas las regiones de Japón concentradas en un único espacio.
Y es que aunque se le llame museo, se trata más bien de un conjunto de restaurantes pequeñitos en un sótano magníficamente ambientado en la era Showa, que imagino que debe ser un lugar muy nostálgico para los japoneses que la vivieron, y para el gaijin de turno es como un parque de atracciones o estar metido en una peli de Ozu o Mizoguchi...
Llegamos a Yokohama directos desde Hachinohe, pasando un segundo por el Edoya a dejar nuestras maletas. Fue un viaje algo más largo pero era lo más práctico para ahorrarnos el dinero del Takkyubin (envío de maletas) ya que aquella noche la pasaríamos en Yokohama en un Love Hotel...y no te quieres llevar maletas grandes a un Love Hotel... Como siempre, y habiéndoles avisado de antemano, claro está, los dueños del Edoya (quiero que me adopten, por favor) se mostraron muy comprensivos al hacernos el favor de guardar nuestras maletas durante 1 día.
En el metro nos encontramos a estos señores vestidos de samurai para hacerse fotos. Algo muy gaijin pero que no puedo negar que nos hizo mucha ilusión...XD Mola encontrarte samurais en el metro...eso en Barcelona no pasa...
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El de la barba era mi favorito, sin duda |
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Amir haciendo amigüis en Yokohama
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Como os he dicho, el Museo del Ramen es un sitio más bien pequeñito en una calle cualquiera... pero una vez bajas las escaleras...es como entrar en otro mundo y en otra época... y el olor a ramen es... en fin. Lo dejo. No debería estar escribiendo esto a la hora de comer...
Pero lo más importante del museo del ramen es...por supuesto...¡comer ramen! Costó decidir un sitio y al final apostamos por uno de los que tenían más cola en la puerta. Si hay mucha cola y la mayoría de los que esperan son japoneses... eso es garantía de calidad. Allí nos comimos un ramen de miso que, con permiso de Hiro-san, es de los mejores que he comido en mi vida.
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La sonrisa frente a un bol de ramen...XD |
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Itadakimasu
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El señor con la gorra de Barcelona al fondo...XD
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Después de comer, seguimos paseando por Yokohama. Nuestra idea era disfrutar de la noria y el parque de atracciones al atardecer, pero tuvimos la mala suerte de encontrarlo cerrado... Aún así dimos un buen paseo y entramos a chafardear en varios centros comerciales. Queríamos subir a un lugar alto a ver si se veía el Fuji...pero no tuvimos demasiado éxito.
Como ya pasaban las 6 de la tarde, decidimos ir a nuestro alojamiento para aquella noche. Nuestro Love Hotel. Era la primera vez que nos alojabamos en uno y nos sorprendió la cantidad de cosas gratuitas que ofrecía la estancia... Ya no sólo obsequios (sales de baño, cremas, chuches -era pre-halloween-, bebidas varias incluido vino...) sino también entretenimientos como billar, sillones de masaje, sala de karaoke, baño de pies y yakuzzi privado en la azotea. Tanto era así que abortamos nuestra excursión a Chinatown para poder disfrutar de todo aquello como dios manda.
Y francamente... en Tohoku ya habíamos visto suficientes chinos...😅
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Jugando una partidita |
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"Viva el vino" |
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Te podías poner ciego a chuches... |
Reservamos hora en la sala de karaoke, que era enana y apestaba a tabaco, pero donde pasamos un rato de risas impagable. Luego fuimos a comer algo por los alrededores, que era una zona bastante animada y que estaba decorada con luces que a mi me parecieron de Navidad...aunque seguramente no lo fuesen...
Y con eso y un bizcocho...hasta las siguientes crónicas japonesiles ;)