De villas medievales en la montaña a pizzerias en Tokyo...

domingo, 17 de marzo de 2013

Nos levantamos bastante temprano pues teníamos por delante otra interesante jornada que disfrutar en el país del sol naciente. Estábamos en Takayama, pueblecito precioso y tranquilo muy cerca de los llamados Alpes Japoneses. Como en el albergue no teníamos desayuno y sabíamos que muy cerca había un mercadillo, decidimos no desayunar e ir picoteando la comida local. El mercadillo en cuestión, en un 80%, era de manzanas. Pero no manzanas cualquiera, sino manzanas que harían llorar a cualquier shinigami!!! Además había muestras gratis y nos pusimos la botas probandolas todas, hasta que nos empezamos a sentir mal y decidimos comprarnos una (una y no un kilo, ya que allí la fruta es carísima, y cada manzana nos costó alrededor de unos 2 euros!!!)

Mmmmmm

Había mono de fruta, había...

Yo, mi manzana y el rio de Takayama

Un pescadito? XD

Perro moderno...XD

Tenemos muchas teorías sobre el tema de los perros en carritos...XD

Asaltando una vending machine!!!

Cafécafécafécafécaféeeee

Cuando nos cansamos de chafardear nos dirigimos hacia la parada del bus, ya que antes de partir rumbo a la capital del vicio y el desemfreno (aka Tokio) teníamos que visitar la aldea Hida Takayama.

Esta aldea muestra la vida tradicional en la zona de los Alpes japoneses hasta no hace mucho tiempo. Se han reconstruido un gran número de granjas de la zona. Bueno, más bien algunas se han trasladado pieza a pieza hasta allí, para de esta manera mostrar una imagen de cómo eran las condiciones de vida en la región.



Lago muy chulo

Con la supermascota simpática de Takayama!!! (se supone que es un mono..)

Lo de los zancos, no es lo mio....


Incidios del otoño...

Las casas se pueden visitar por dentro y en muchas de ellas tienen herramientas expuestas y un brasero encendido, por lo que se puede oler la ceniza nada más entrar, dándole a todo un aspecto mucho más auténtico. En muchas casas te has de descalzar y puedes subir incluso al tejado, para ver cómo eran por dentro. También tienen algún pequeño campo de arroz, un templo, un molino de agua… todo para que te hagas una idea de cómo era un pueblo rural hace poco más de 100 años en Japón. En fin, una visita muy chula.
Interior de una de las casas

Una de las casas más típicas, por fuera.

Suelos de madera...porqué antiguamente sólo la gente de mucho dinero podía permitirse el tatami...



Pegatinas para mantener fuera a los malos espíritus...

Este hombre estaba enseñando a los niños a hacer sandalias de paja

Marina subiendo a un templito

Artesano trabajando la madera. Me quedé con ganas de comprarme el pollito y llamarle Pichí.

Somos como niños...

Abuelito dime túuu

Más fauna japonesil

Yo en pleno ataque de síndrome de Stendhal

Es una laaata, el trabajaar

El paraguas era mono...pero donde esté mi katana...


Alrededor de medio día, cogimos el bus de nuevo hacia la estación de Takayama. La verdad es que teníamos que coger el shinkansen bastante temprano así que sólo nos daba tiempo a comer algo rápido. Aquí nos dividimos en dos grupos, por un lado la mayoría optarón por un tipico  bareto de fideos japoneses donde, según nos contaron, les cebaron a base de bien y a muy buen precio, Marina y yo optamos por tirar de convini y nos agenciamos unos fideos instantaneos (MEGAVEGETABLEEEEEE jaja) y un yogur.

Este es el nivel de..."tropezones" que te encuentras en un yogur made in Japan XD

MEGAVEGETABLEEEEEEEEEES XD


 Muy rico todo. Y tirado de precio. Una vez comidos y habiendo recogido todo, ale, al tren a echar la siesta tan ricamente...Después de un par de transbordos, llegamos por fin a Tokyo. El destino soñado de todo friki. Y donde se entra en contacto con el Japón más bizarro pero también más entretenido.


TRAVELLING...LIKE A BOSS

Ya en nuestro destino...WINEEEERS. GIMNAMA COMPLETADA!!!


Nuestro hotel, todo un clásico, el Edoya, situado en la zona de Ueno. Como legendaria es también la cuestaarriba que tienes que subir para llegar...que madre mia, acabas cagandote en to XD. Y además en la ciudad hacía una humedad bastante sofocante...Pero oye, allá que nos plantamos, esperando poder solucionar el tema de nuestra reserva, que como ya expliqué hace unas cuantas entradas había sido bastante caótica, y lo cierto es que aunque finalmente se puso solucionar, tuvimos que mudarnos hasta 3 veces de habitación XD y trampear bastante (moviendo futones destrangis por los pasillos XD) para poder dormir tal y como queríamos...Pero oye, al final moló. Como habíamos pasado por todas las plantas al final te daba la sensación de que el hotel era tuyo XDDDDD. True story.


Que Buda me ilumine...
En un principio queríamos ir a chafardear el barrio de Odaiba, que se pone muy bonito por la noche, pero se había hecho tan tarde y estábamos tan cansados que preferimos salir a cenar algo por el barrio, para no tener que coger el metro ni nada. Como no nos pusimos de acuerdo (no olvidemos que eramos 10 personas) nos dividimos en 2 grupos para cenar. Marina, Nuria y yo, algo agotadas ya del arroz y los fideos, nos decidimos por una pizzeria bastante apetecible a la cual se accedia a través del sótano (algo, por otra parte, nada extraño en Tokyo) y que tenían una decoración de Hallowenn muy maja. El precio fue algo caro (te cobran un extra por sentarte en la mesa Òò) pero se agradeció comer algo que no fuese comida rápida ni estuviese comprado en un super 24 horas por una vez...



Mmmmmm

Pizza de ensalada. realista-su , que diría mi amiga Sara XD


Y de vuelta al Edoya, a ponernos el yukata y estrenar los baños, que ya llevábamos muchos días sin poder disfrutar de un ratito en el agua caliente. La bañera del Edoya es algo pequeñita (también es que éramos 10 jeje) pero tiene una experior que mola mucho...sobretodo por el contraste entre la temperatura de la calle y el calor del agua. Mola bañarse así, al aire libre, aunque para vivir esa sensación al 100% recomiendo irse a un onsen en condiciones (nosotros lo probamos en Hakone...pero eso amiguitos, es otra historia. Y será contada en su momento).

Hogar...dulce hogar

0 comentarios :