Somos unas “ratas de centro comercial” en toda regla. Y en Japón más. La mañana amaneció lluviosa y decidimos prorrogar nuestra visita al barrio de Asakusa hasta la tarde. Así que…como siempre que no sabíamos donde ir, acabamos en Akihabara.
Pero antes dejadme que os hable de los desayunos del Edoya. Que con la tontería no os había hablado de ellos, y oye, el desayuno es la comida más importante del día. Jejeje. No llegaban al nivel de mamá pato, pero estaba bien. Los servían en un restaurante prácticamente adjunto al hotel, y era una especie de buffet libre donde podías combinar como quisieras desayunos occidentales con japos. Es decir…tenías arroz, sopa de miso…etc, pero también café, bollos con mermelada…. Estaba muy muy bien. Además, al contrario que en el Towa (donde casi todos los huéspedes eran japoneses) aquí todo el mundo era joven y turista. Y había muchísimos españoles, así que te sentías como en casa. XD
Pero antes dejadme que os hable de los desayunos del Edoya. Que con la tontería no os había hablado de ellos, y oye, el desayuno es la comida más importante del día. Jejeje. No llegaban al nivel de mamá pato, pero estaba bien. Los servían en un restaurante prácticamente adjunto al hotel, y era una especie de buffet libre donde podías combinar como quisieras desayunos occidentales con japos. Es decir…tenías arroz, sopa de miso…etc, pero también café, bollos con mermelada…. Estaba muy muy bien. Además, al contrario que en el Towa (donde casi todos los huéspedes eran japoneses) aquí todo el mundo era joven y turista. Y había muchísimos españoles, así que te sentías como en casa. XD
Después de desayunar bien, Luis y yo pasamos por el hospital para ver si nos devolvían nuestro dinero. Después de esperar nuestro turno con mogollón de ancianas japos y ganarnos la amistad de un crío de 3 o 4 años y su madre…nos llegó el turno. La incomunicación fue un gran problema. El personal del hospital no parecía entender nada, y no nos querían devolver el dinero (sólo nos devolvían la mitad). Nos pusimos tensos. Muy tensos. Y nos fuimos. Y encima al salir mi paraguas lila (snif snif) ya no estaba. Parecerá una tontería…pero ahí exploté. Me entró una llorera increíble. Por todo. Yo que sé. El viaje de mi vida y unas anginas inoportunas lo estaban empañando un poco. Ahora en la distancia me parece anecdótico pero allí se me cayó el mundo encima. Y también de la impotencia de no poder entendernos con los del hospital…que se yo… Al final todo quedó en un mal entendido y los del seguro me devolvieron el dinero que me faltaba. Y lo recuperamos todo. Otra cosa no, pero de nuevo “chapó” por la eficiencia de este país. El trato de la gente del seguro y del venerable matrimonio propietario del Edoya…(a pesar de los problemas de comunicación XD). Tengo la sensación de que si me pasa en cualquier otra parte del mundo no hubiese recuperado la pasta.
PD: Ni que decir tiene que la actualización de hoy se la dedico a mi chico…por su paciencia al aguantar mi rabieta aquel día de vuelta del hospital…a pesar de lo raro que nos miraba todo el mundo. Nunca verás a un japo llorar por la calle…ellos no muestran ese tipo de sentimientos en público. De hecho si lloran se ponen en cuclillas en un rincón, se hacen un ovillo y se tapan la cara (verídico! Fuimos testigos!) lo cual creo yo que llama mucho más la atención que caminar llorando dignamente…pero bueno. XD Ellos son así. )
Que paciencia hay que tener....
En fin. Temas hospitalarios a parte, aquella mañana decidimos entrar en el “Akiba”. Que viene a ser como un gigantesco “Corte Inglés” casi exclusivamente dedicado a la electrónica (y a los juguetes y frikadas…claro). Ni que decir tiene que nos pasamos allí toda la mañana. Y que compramos muchas cosas. Y que Judit y Jose se miraron muy mucho las cámaras de fotos. (¡y al final se compraron una!).
El hambre apretaba, y como tantos otros días, el cuerpo nos pedía RAMEN. Y como el “Akiba” es todopoderoso, allí mismo encontramos una amplia oferta de sitios para comer. Nos decidimos por uno de esos de sentarse en la barra. Como siempre muy barato y muy rico. Veo las fotos y empiezo a salivar cual perro de Paulov… Recuerdo que mi caldo sabía a huevo cocido…Hummmm. Vale…lo dejo ya. XDDD
Había parado de llover, así que por fin pudimos emprender la marcha hacia el barrio de Asakusa, uno de los lugares más turísticos de la capital, y cuyo principal atractivo es el templo Senso-ji, principal recinto budista de la capital.
Nada más salir del metro (que ya la parada es bonita, con forma de templito) lo primero que te encuentras es con el característico edificio de la cerveza Asahi (que como podéis ver, tiene forma de jarra de cerveza) y con el….”zurullo amarillo”…que se supone que es una llama pero hasta los japoneses le llaman “zurullo”…. Estas dos construcciones nos dieron para una buena retahíla de fotos estúpidas (que si agarrando la jarra de cerveza…soplando del zurullo, lamiendo el zurullo….sacándose el zurullo de la nariz….XDDD).
"Making off" de un par de fotos estúpidas... XDD Para que veáis que poco sentido de la dignidad teníamos....
Asakusa es un barrio muy animado, por lo que ya antes de llegar al recinto más célebre nos entretuvimos bastante. Al lado de la puerta de entrada (llamada Kaminari Mon, reconstruida en 1865 después de un incendio, y que se reconoce facilmente por su enorme "linterna" roja con los kanjis de trueno y puerta), encontramos una KOBAN. Las KOBAN son comisarías de policía japos. No os había hablado de ellas hasta ahora. Resultan muy curiosas, pequeñitas, monas…y siempre, y digo SIEMPRE, tienen peluches. Y creedme, resulta muy gracioso ver peluches super kawaiis al lado de las fotografías de los criminales más buscados. XDDD Son cosas que sólo se ven en Japón.
Al lado de la comisaría, encontramos ¡una Totoro Shop! Como aún no habíamos visitado el museo Ghibli, os podéis imaginar la histeria que nos entró en esta tienda. Era muy pequeñita, pero estaba repleta de cosas preciosas. Snif. Ojalá hubiese comprado más. Ojalá hubiese comprado todo. XD
Pero hablando de compras…Una vez cruzada la Kaminari Mon, llegamos a la famosa calle de Nakamise, Se trata de una calle comercial, con tiendas y tenderetes en el mejor estilo Edo, donde encontramos tiendas de todas las clases. Nos venderán desde recuerdos y muñecas hasta yukatas y kimonos. Hay familias que llevan regentando una misma tienda de generación en generación desde hace siglos. Ni que decir tiene que compramos y compramos como auténticos enfermos. XD. (Otro día descubriríamos que además de esa calle principal…hay muchas otras por los laterales donde puedes comprar desde baterías de cocina hasta maletas (dimos buena cuenta de ello) y allí descubrimos un restaurante italiano que era la polla…pero…eso ya lo contaré en su momento).
Una de mis compras (cuando le vi la carita, no pude dejar de llevármelo XD) Y detrás hay un Van Houten cocoa...mmmmmm
De ese día también recuerdo que hacía un viento espantoso…y que las tiendas de Nakamise cerraron enseguida (alrededor de las 6 o 7 de la tarde) así que aún teníamos un par de horas útiles antes de volver al ryokan. ¿Alguien adivina a donde fuimos? XD
Y en el próximo capítulo….El palacio imperial y sus inmensos jardines.
MATA-NE!
3 comentarios :
*w* aaaw me encanto todo es tan genial espero algun dia yo poder ir tambien ...japon la lleva!!! xdd estaban muuuuy lindas todas las fotos espero que sigas subiendo para saber de su viaje ^^ los felicito besitos byeee
atte Nana-Chan
pd!!! se me olvidaba..el gift tuyo esta genial y tambien el dibujo ^^
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